<Tormenta>, <Arrogancia>, <Amplia> o <Espaciosa>
SU CARĂCTER:
Rahab era inteligente y sabia. Vio que se avecinaba el juicio y se las ingeniĂł para concebir un plan de fuga para ella y se echĂł su suerte con dicho pueblo, arriesgando su vida en un acto de fe.
SU DOLOR:
Ver a su propio pueblo destruido y a su ciudad demolida.
SU GOZO:
Que Dios le hubiera dado a ella, siendo una ramera, la oportunidad de conocerlo y pertenecer a su pueblo.
ESCRITURA CLAVE:
JosuĂŠ 2:1-21; 6:17-25; Mateo 1:5; Hebreos 11:31; Santiago 2:25
LA PROMESA QUE RECIBE
La historia de Rahab nos revela otra vez la disposiciĂłn que tiene Dios a usar a los que son menos que perfectos, a los marginados, a los que considerarĂamos inadecuados para cumplir con sus santos propĂłsitos. A lo largo de las Escrituras, haciendo uso de lo que podrĂa considerarse un sentido del humor divino, Dios escoge a un tartamudo para hablar de su parte (MoisĂŠs), a una mujer estĂŠril para ser la madre de toda una naciĂłn (Sara), a un debilucho para que lo defendiera (GedeĂłn), a un hijo menor ignorado para ser inolvidable rey de su pueblo (David), a una desconocida jovencita para ser la madre de su hijo (MarĂa), y a un perseguidor de la iglesia para llevar el evangelio a las naciones (Pablo).
Dios no espera hasta que estemos inmaculadamente limpios o seamos totalmente maduros en la fe para poder usarnos. MĂĄs bien toma a gente comĂşn y dispuesta para llevar a cabo cosas extraordinarias, tanto en la vida de ellos mismos como la vida de los que los rodean. Como lo hizo con Rahab, ĂŠl promete usarnos y perfeccionarnos a travĂŠs de dicha experiencia.
PROMESAS EN LAS ESCRITURAS
Ăl da poder a los indefensos y fortaleza a los dĂŠbiles.
30 Hasta los jĂłvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jĂłvenes caen exhaustos.
31 En cambio, los que confĂan en el SeĂąor encontrarĂĄn nuevas fuerzas; volarĂĄn alto, como con alas de ĂĄguila.
CorrerĂĄn y no se cansarĂĄn; caminarĂĄn y no desmayarĂĄn.
-ISAĂAS 40:29-31
13 Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veĂan que eran hombres comunes sin ninguna preparaciĂłn especial en las Escrituras. TambiĂŠn los identificaron como hombres que habĂan estado con JesĂşs.
-HECHOS 4:13
10 Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy dĂŠbil, entonces soy fuerte.
-2 CORINTIOS 12:10
Nueva TraducciĂłn Viviente
RELEXIĂN
La fe no es sĂłlo una cuestiĂłn de asentimiento mental o una potente experiencia espiritual. Nuestros actos muestran dĂłnde estĂĄ nuestro corazĂłn. Y el corazĂłn de Rahab estaba, sin duda, con Dios.
¿Demostramos nosotras nuestra fe tan claramente como lo fue ella? ¿MostrarĂĄn nuestros actos de lado de quiĂŠn estamos en la batalla entre el cristianismo y la incredulidad? Al igual que Rahab, necesitamos ser valientes, dispuestas, y fieles en hacer la voluntad de Ăl. ¡Nunca sabemos cuĂĄndo Dios puede enviar a alguien a nuestra puerta! asĂ que dele gracias a Dios por darles un papel clave a algunas mujeres dentro de su plan de salvaciĂłn y porque nadie, incluyĂŠndonos a nosotras, estĂĄ mĂĄs allĂĄ del alcance de la gracia. Confiesele cualquier indisposiciĂłn a tener que asumir riesgos para seguir a Dios y pĂdale que aumente su temor reverente por ĂŠl.
Para ver su VĂdeo→
Publicar un comentario