«La Elegida»
SU CARĂCTER:
Era una virgen de una familia pobre de un oscuro pueblito de Galilea. Su respuesta al ĂĄngel Gabriel nos muestra a una mujer joven de fe y humildad inusuales. Su sĂ incondicional al plan de Dios para su vida implicaba sufrir y correr un gran riesgo en lo personal. Debe haber pasado por perĂodos de confusiĂłn, temor y oscuridad a medida que se desarrollaban los acontecimientos de su vida. Se la respeta no solo por ser la madre de JesĂşs, sino tambiĂŠn su primera discĂpula.
SU DOLOR:
Ver al hijo que amaba avergonzado, torturado y luego entregado a la muerte como si perteneciese a la peor clase de criminales.
SU GOZO:
Ver a su hijo levantarse de los muertos; recibir el EspĂritu Santo junto con los otros discĂpulos de Cristo.
ESCRITURAS CLAVE: Mateo 1:18–25; 2; Lucas 1:26–80; 2:1–52; Juan 19:25–27; IsaĂas 7:14
LA PROMESA QUE RECIBE
Cuando Dios dice que nada es imposible (Lucas 1:37), lo dice de verdad. Ăl es todopoderoso, omnipotente; es el Salvador del mundo. No importa lo que nos haya prometido, no importa cuĂĄn imposibles de cumplir nos parezcan esas promesas, ĂŠl puede hacerlo, y lo harĂĄ.
PROMESAS EN LAS ESCRITURAS PARA TI
22 Y ustedes podrĂĄn decirles: “AquĂ es donde los israelitas cruzaron el JordĂĄn sobre tierra seca”. 23 Pues el SeĂąor su Dios secĂł el rĂo a la vista de ustedes y lo mantuvo seco hasta que todos cruzaran, tal como hizo con el mar Rojo[c] cuando lo secĂł hasta que todos terminamos de cruzar. 24 Lo hizo para que todas las naciones de la tierra supieran que la mano del SeĂąor es poderosa, y para que ustedes temieran al SeĂąor su Dios para siempre».
-JOSUĂ 4: 22-24
26 JesĂşs los mirĂł y les dijo:
—Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible.
-MATEO 19:26
25 Ese plan «ridĂculo» de Dios es mĂĄs sabio que el mĂĄs sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es mĂĄs fuerte que la mayor fuerza humana.
-1 CORINTIOS 1:25
REFLEXIĂN
MarĂa no tuvo una vida fĂĄcil. No naciĂł en una familia acomodada, como se podrĂa haber esperado de la mujer escogida para dar a luz al hijo de Dios. Su reputaciĂłn quedĂł destrozada por las circunstancias poco normales del nacimiento de su primer hijo. Pero en todo ello, ella meditaba en la revelaciĂłn que se le habĂa dado y siguiĂł confiando en Dios. Y Ăl nunca la abandonĂł.
Que maravilloso ejemplo es MarĂa para nosotras. ¿Nos entregamos por completo a nuestro SeĂąor JesĂşs: Cuerpo, alma y EspĂritu? ¿O nos retraemos cuando Ăl pide algo que parece "irrazonable"? MarĂa no lo hizo. Aunque, obviamente, ella tenĂa sus dudas, permaneciĂł fiel al llamado de Dios para su vida. MarĂa se mantuvo firme durante el dolor, la duda y el temor. ¿Haremos nosotras algo menos que eso?
Dele gracias a Dios porque nada es imposible para ĂŠl y porque el cuerpo de una mujer se convirtiĂł en la morada de la divinidad. Confiesele cualquier tendencia que tenga a devaluarse como mujer y pĂdale que la haga una mujer que, como MarĂa, lleve a JesĂşs al mundo mediante la expresiĂłn de su carĂĄcter, poder, perdĂłn y gracia.
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