«¿DĂłnde estĂĄ el prĂncipe?»
SU CARĂCTER:
Siendo una mujer religiosa, desparramĂł la idolatrĂa por todo Israel. Poderosa,
astuta y arrogante, se opuso con tenacidad a Dios, aun teniendo pruebas
indubitables de su soberanĂa.
SU TRIUNFO:
Haber aumentado su poder a expensas de otros.
SU TRAGEDIA:
Que su arrogancia la condujera a una muerte vergonzosa.
REFLEXIONA SOBRE:1 Reyes 16:29–33; 18:1–19:2; 21:1–25; 2 Reyes 9
LA PROMESA QUE RECIBE
El final de Jezabel (2 Reyes 9:33–37) fue exactamente como ElĂas se lo habĂa profetizado con anterioridad (1 Reyes 21:23). Sin lugar a dudas, el juicio sobre su vida fue rĂĄpido y contundente. Nos resulta difĂcil reconciliar este aspecto de nuestro Dios con la imagen amorosa y compasiva que tenemos de ĂŠl; sin embargo, ĂŠl es un Dios que aborrece el mal y con toda seguridad lo va a castigar. Pero si nos acercamos a ĂŠl para reconciliarnos y recibir su perdĂłn, ĂŠl es un Dios al que le encanta mostrar misericordia.
PROMESAS EN LAS ESCRITURAS PARA TI
8 Los que rinden culto a dioses falsos le dan la espalda a todas las misericordias de Dios.
-JONĂS 2:8
20 La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado, pero mientras mĂĄs pecaba la gente, mĂĄs abundaba la gracia maravillosa de Dios.
-ROMANOS 5:20
20 AsĂ que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecĂł, fuera la ofrenda por nuestro pecado,[e] para que nosotros pudiĂŠramos estar en una relaciĂłn correcta con Dios por medio de Cristo.
-2 CORINTIOS 5:20-21
13 No habrĂĄ compasiĂłn para quienes no hayan tenido compasiĂłn de otros, pero si ustedes han sido compasivos, Dios serĂĄ misericordioso con ustedes cuando los juzgue.
-SANTIAGO 2:13
REFLEXIĂN
La profecia de ElĂas no quedĂł sin cumplirse. A su tiempo, Dios levantĂł a JehĂş para aniquilar al linaje de Acab. JehĂş matĂł a Joram hijo de Jezabel, que habĂa ascendido al trono despuĂŠs de que su hermano muriese por las heridas producidas por una caĂda. Entonces JehĂş, el nuevo rey, cumpliĂł la profecĂa de Dios con respecto a Jezabel: hizo que la tirasen por su ventana, donde su sangre salpicĂł el muro y fue pisoteada por caballos. Cuando los sirvientes fueron a enterrarla, quedaba muy poco de ella. Los hombres que informaron al rey solamente le hablaron de la profecĂa de ElĂas.
"El delito no compensa" podrĂa ser la moraleja de la vida de Jezabel. Su desafĂo a Dios no le llevĂł a ninguna parte. Y cuando recurriĂł a un acto criminal, Dios preparĂł castigo para ella. Aunque pasaron muchos aĂąos entre las palabras que ElĂas pronunciĂł y la muerte de Jezabel, Dios nunca se olvidĂł.
Dios tampoco olvida nuestras obras. Cuando le obedecemos, Ăl nos protege, como hizo con ElĂas. Cuando hacemos el mal, cosechamos una amarga recompensa. ¿Estas frustada por los malvados y los poderosos? Recordemos que no hemos leĂdo el final de su historia. Al igual que Jezabel, puede que estĂŠn amontonando desastre para sĂ mismos.
Dele gracias a Dios porque ĂŠl no permite que la maldad quede sin castigo y por la justicia, aun cuando parezca que se demora. Confiesele cualquier tendencia a dar por sentado la misericordia de Dios y pĂdale que le dĂŠ un temor santo para no ofenderlo.
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