«La sĂ©ptima hija» o «la hija de un juramento»
SU CARĂCTER:
Su belleza la convirtiĂł en vĂctima del deseo de un rey. Aunque resulta difĂcil discernir cuĂĄl era su verdadero carĂĄcter, parece haber encontrado el valor para soportar la tragedia, ganar la confianza del rey y finalmente asegurarle el reino a su hijo SalomĂłn.
SU DOLOR:
Haber sido violentada sexualmente por un hombre, que luego hizo matar a su marido. Haber sufrido la pérdida de uno de sus hijos.
SU GOZO:
Haber dado a luz cinco hijos, uno de los cuales se convirtiĂł en rey de Israel luego de la muerte de David.
ESCRITURAS CLAVE: 2 Samuel 11:1-12:25
LA PROMESA QUE RECIBE
La historia de David y BetsabĂ© destaca detalles muy grĂĄficos del horror que implica el pecado y del lugar al que conduce. El primer paso de David hacia el pecado lo llevĂł al adulterio, a la mentira, al engaño, al asesinato, y finalmente a la muerte de un hijo. La conexiĂłn entre el pecado y la restauraciĂłn se produjo cuando David admitiĂł su pecado y NatĂĄn le dijo que el Señor lo habĂa perdonado (2 Samuel 12:13). No queda claro cuĂĄnto de la culpa le correspondĂa a BetsabĂ©; sin embargo, cuando Dios les dijo a travĂ©s del profeta NatĂĄn que amaba a su hijo SalomĂłn y deseaba que se lo llamara JedidĂas, la restauraciĂłn alcanzĂł a BetsabĂ© asĂ como habĂa alcanzado a David. Si Dios podĂa perdonar ese terrible pecado de David, ¿no cree que tambiĂ©n puede perdonar tu pecado, sea el que fuere?
PROMESAS EN LAS ESCRITURAS PARA TI
6 El Señor pasó por delante de Moisés proclamando:
«¡Yahveh![b] ¡El Señor!
¡El Dios de compasiĂłn y misericordia!
Soy lento para enojarme
y estoy lleno de amor inagotable y fidelidad.
7 Yo derramo amor inagotable a mil generaciones,[c]
y perdono la iniquidad, la rebeliĂłn y el pecado.
Pero no absuelvo al culpable,
sino que extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos y sus nietos;
toda la familia se ve afectada,
hasta los hijos de la tercera y cuarta generaciĂłn».
-ĂXODO 34:6-7
14 pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
-2 CRĂNICAS 7:14
11 Por el honor de tu nombre, oh Señor,
perdona mis pecados, que son muchos.
-SALMOS 25:11
12 Perdonaré sus maldades
y nunca mĂĄs me acordarĂ© de sus pecados»
-HEBREOS 8:12
REFLEXIĂN
La historia de BetsabĂ© es la de una segunda oportunidad. Su vida fue puesta boca abajo por el deseo de un rey, y ella fue seducida a cometer pecado con Ă©l. Pero ella no se quedĂł ahĂ. Dios le dio otra oportunidad como esposa de David, y el resto del relato bĂblico la muestra como una buena madre y esposa. Nadie la acusĂł de ningĂșn otro pecado, y ella viviĂł sin tacha.
Es probable que ninguno de ellos dos estuviera donde debĂa estar. BetsabĂ© pudo haber sido imprudente al bañarse donde la pudiera ver David y Ă©l debĂa haber estado en la guerra con su ejercito. Cada una de estas decisiones contribuyĂł al comienzo de una serie de sucesos muy tristes.
Betsabé debió haberse sentido devastada por la cadena de hechos: infidelidad hacia su esposo, descubrimiento de su embarazo, la muerte de su esposo, la muerte de su hijo. Se nos dice que David la consoló (2 Samuel 12:24), y vivió para ver a otro de sus hijos, Salomón, sentado en el trono.
Desprendemos de su vida que las pequeñas decisiones diarias que tomamos son muy importantes. Nos preparan para tomar las decisiones correctas cuando llega el momento de las grandes decisiones. La sabidurĂa de tomar las decisiones correctas en asuntos pequeños y grandes es un don de Dios. El entender esto nos harĂĄ mĂĄs conscientes de las decisiones que tomamos y mĂĄs dispuestos a incluir a Dios en nuestra toma de decisiones.
¿Ha pedido la ayuda de Dios en las decisiones de hoy?
De le gracias a Dios porque Ă©l estĂĄ pronto a prestar atenciĂłn a nuestros sufrimientos y porque Dios llama a los poderosos a seguir las mismas normas morales que los dĂ©biles. Confiesele toda falta de perdĂłn que puedas tener hacia otros y pĂdale a Dios que restaure tu confianza y que te libere de toda tendencia a asumir una mentalidad de vĂctima.
Para ver su vĂdeo→
El mejor enfoque que he leĂdo de esta mujer de la Biblia
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