Agar - Mujer de la Biblia




SU NOMBRE (EGIPCIO) PUEDE SIGNIFICAR

<<Fugitiva>> o <<Inmigrante>>

SU CARÁCTER:
Agar, que era extranjera y esclava, permitiĂł que el orgullo se apoderarĂĄ de ella cuando se convirtiĂł en la mujer de Abraham. Dadas sus caracterĂ­sticas de mujer sola y de escasos recursos, sufriĂł un castigo severo a causa de su error. Sin embargo obedeciĂł a la voz de Dios en cuanto la oyĂł y recibiĂł la promesa de que su hijo se convertirĂ­a en el padre de una gran naciĂłn.

SU DOLOR:
El haber sido sacada de su propia tierra para convertirse en esclava en suelo extranjero, donde recibió malos tratos durante muchos años.

SU GOZO:
Saber que Dios se preocupaba por ella, que Ă©l vio su sufrimiento y oyĂł su clamor, y que la ayudĂł cuando mĂĄs le hizo falta.

ESCRITURAS CLAVE:
GĂ©nesis 16; 21-8-21; GĂĄlatas 4:22-31

LA PROMESA QUE RECIBE

Una mujer joven y delgada estĂĄ acurrucada en el asiento delantero de su automĂłvil. Se cubre los oĂ­dos para no escuchar el sonido que produce su pequeño niño que lloriquea de frĂ­o en el asiento posterior. Su marido los abandonĂł a ella y al muchacho dos meses antes. Al quedar sin recursos, pronto la echaron de su apartamento. El automĂłvil es ahora su Ășnico hogar. Ya hace mucho que consumiĂł hasta la Ășltima gota de gasolina, de modo que el deteriorado interior del vehĂ­culo les proporciona muy poca protecciĂłn de los vientos invernales que soplan afuera.
Esta moderna Agar no estĂĄ mĂĄs lejos de las promesas de Dios que lo que estuvo la otra cuando dio rienda suelta a todo su dolor en el desierto. Dios ve su dolor del mismo modo en que vio el de Agar. AĂșn cuando no Ă©ste tan desesperada como Agar o su equivalente moderno, tal vez haya experimentado momentos en su vida que le hicieron temer por el futuro. Aunque viva en un pĂĄramo de pobreza, soledad o dolor, las promesas de Dios en cuanto a brindarle amor y protecciĂłn estĂĄn tan disponibles para usted como lo estuvieron para Agar.

PROMESAS DE LAS ESCRITURAS PARA TI!

En paz me acostaré y dormiré,
porque solo tĂș, oh Señor, me mantendrĂĄs a salvo.
                                                                          - SALMOS 4:8

Tu promesa renueva mis fuerzas;
me consuela en todas mis dificultades.
                                                     - SALMOS 119:50

Aunque estoy rodeado de dificultades,
tĂș me protegerĂĄs del enojo de mis enemigos.
Extiendes tu mano,
y el poder de tu mano derecha me salva.
                                                                 - SALMOS 138:7


REFLEXIÓN

Agar se fue con su hijo. Los dos viajaron  hasta llegar a estar agotados, y morirse de sed parecĂ­a algo inminente. Pero Dios intervino de nuevo para proporcionar un pozo de agua; y Dios siguiĂł cuidando de Ismael, quien llegĂł a ser el padre de los ĂĄrabes.

La maltratada Agar parecía abandonada, pues dos veces se marchó al desierto. Pero aunque ella cometió errores, Dios nunca se olvidó de ella. En momentos clave, Él la protegió y la siguió, tanto a ella como a su hijo.

AsĂ­ puede ser tambiĂ©n para nosotras. La vida puede que se vuelva contra nosotras, pero nada de lo que experimentemos estĂĄ por encima de la sabidurĂ­a de Dios. Con Él, estamos siempre seguras, consoladas y protegidas. Él nunca nos dejarĂĄ ni nos abandonarĂĄ.


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