SU CARĂCTER:
Mirada con desdĂŠn por los judĂos por ser samaritana y despreciada por sus muchas aventuras romĂĄnticas, difĂcilmente alguien la hubiera elegido para hacer llegar el evangelio a una regiĂłn en la que todavĂa no habĂa sido oĂdo.
SU DOLOR:
Haber vivido de un modo que la relegaba a la marginalidad social.
SU GOZO:
Que JesĂşs haya atravesado las barreras culturales, raciales y religiosas para poder revelarse a ella.
ESCRITURA CLAVE:
Juan 4:1–42
LA PROMESA QUE RECIBE
¿Tiene sed? ¿Hay un deseo dentro de usted que no parece poder satisfacer? ¿Tiene hambre de algo que llene un vacĂo que ni siquiera puede definir? Busca por todas partes, lo intenta todo, pero descubre que no hay nada en este mundo que pueda satisfacerla. Solo JesĂşs puede proporcionarle el agua viva que le llene hasta desbordar, que satisfaga sus anhelos, que calme su sed tan completamente que nunca vuelva a estar sedienta.
PROMESAS EN LAS ESCRITURAS PARA TI
14 SĂĄcianos cada maĂąana con tu amor inagotable,
para que cantemos de alegrĂa hasta el final de nuestra vida.
-SALMOS 90:14
6 Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serĂĄn saciados.
-MATEO 5:6
21 Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre, porque serĂĄn saciados.
Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran,
porque a su debido tiempo reirĂĄn.
-LUCAS 6:21
13 JesĂşs contestĂł:
—Cualquiera que beba de esta agua pronto volverĂĄ a tener sed, 14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrĂĄn sed jamĂĄs. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.
-JUAN 4:13
REFLEXIĂN
Cuando leemos esta historia, ¿CĂłmo nos vemos a nosotras misma? ¿Somos la mujer herida en el pozo, con un largo historial de pecado a nuestras espaldas?. Si es asĂ, podemos tomar aliento en el perdĂłn del Salvador, quien confronta nuestros pecados, nos llama, y nos perdona.
¿O somos quien testifica a los perdidos? Al igual que JesĂşs, hemos oĂdo muchas objeciones y necesitamos evitar desvĂos poco importantes y llegar enseguida al verdadero mensaje. Pocas de las personas a las que hablamos aceptarĂĄn de buena gana nuestro testimonio. Como JesĂşs, necesitamos tratar con paciencia y amor los temas importantes y hacer girar los pensamientos de cada persona hacia la verdadera fe.
De cualquier modo, cuando los muros caigan, adoremos a Dios "en EspĂritu y en verdad" (Juan 4:24).
Dele gracias a JesĂşs porque en su reino los Ăşltimos serĂĄn los primeros y por la forma en que ha descubierto la necesidad que usted tiene de ĂŠl. Confiesele cualquier tendencia que tenga a actuar como si Dios no pudiera usar su estado de necesidad, sino solamente su fuerza y pĂdale a Dios que le dĂŠ la humildad de enfrentar la profunda necesidad que tiene de gracia.
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